En tiempos como los actuales en los que el precio de los carburantes se encuentra disparado, podemos recordar con cierta nostalgia que hace no mucho tiempo nos pagaron por comprar petróleo.
Fue en abril de 2020, en plena pandemia, cuando el petróleo presentó precios negativos; es decir, nos pagaban por cada barril de petróleo que adquiriéramos.
¿CÓMO PUDO SUCEDER?
Durante las primeras semanas tras el inicio de los confinamientos en todo el mundo, la economía y el transporte se paralizaron y la demanda de petróleo, tan necesario para esas actividades, cayó en picado.
En aquellos momentos casi nadie compraba petróleo y los almacenes de barriles estaban ocupados al 100%.
Incluso aunque alguien quisiera comprarlo encontraría dificultades para conservarlo puesto que las instalaciones especializadas estaban al límite de capacidad.
De este modo, quienes habían adquirido el petróleo a través de futuros que vencían en abril de 2020 se encontraban en la tesitura de recibir un barril que nadie demandaba y que, además, no podían almacenar en ninguna parte. Por ello, comenzaron las prisas por deshacerse de él rebajando el precio en una espiral que prácticamente alcanzó los -40 dólares. Es decir, te pagaban 40 dólares por cada barril que compraras.
¿QUÉ ES UN FUTURO?
Es un contrato derivado sobre un activo, en este caso petróleo, que te compromete a comprar o vender ese activo en un momento futuro a un precio fijado de antemano.
Es decir, comprar un futuro de petróleo con vencimiento de 30 días a 60 dólares, por ejemplo, implica que te comprometes a comprar ese barril en 30 días abonando en el vencimiento los 60 dólares.
A TENER EN CUENTA
Habitualmente, quienes adquieren futuros sobre el barril de petróleo no están interesados en almacenarlo, sino en revenderlo inmediatamente en el mercado.