Los cisnes negros como el coronavirus no son frecuentes, pero aparecen una vez cada década. En este documento he recopilado algunas reglas que considero fundamentales para que las finanzas de individuos y familias se resientan lo mínimo posible cuando tengan lugar. Son útiles para cualquier patrimonio: desde los más modestos a los más elevados.
En resumen: conserva liquidez suficiente para mantenerte un año sin ingresos, limita tu endeudamiento a largo plazo y la cantidad de dinero que te sobre, sea mayor o menor, inviértela únicamente en activos reales y sencillos de entender (tu propia casa, acciones u otros activos refugio como el oro).
Objetivo:
Construir un patrimonio sólido, con capacidad de crecimiento y generación de rentas en el largo plazo, manteniendo unos niveles de deuda moderados y una liquidez suficiente en el corto plazo.
Principios:
Comprar y mantener: se realizará una cuidada selección de los activos en los que se invierte para mantenerlos en el largo plazo. Las operaciones especulativas, si las hubiera, serán muy puntuales, poco significativas y en contextos muy concretos.
Ratio de liquidez igual o próximo a 1: los activos corrientes serán en todo momento suficientes para hacer frente a las obligaciones del año siguiente, incluso en ausencia total de ingresos. Esta regla es flexible y puede ajustarse en momentos de clara oportunidad.
Ratio de endeudamiento a largo plazo igual o inferior a 1: las deudas contraídas serán como máximo equivalentes al patrimonio neto (activos totales menos pasivos totales). En caso de incrementarse, será deuda sin recurso al conjunto del patrimonio, sino sólo a un activo/sociedad concreto.
Activos en los que invierte:
Liquidez: moneda de uso habitual (€)
Renta variable: a través de fondos de inversión y con una diversificación equilibrada por zona geográfica (Global, EEUU, Europa, Asia) y estilo de gestión (Value, Growth y pasiva). Los fondos se encontrarán denominados en la moneda de uso habitual (€), aunque pueden valorarse otras ($, libra y yen) según las circunstancias. Se dará preferencia a fondos que inviertan en acciones, no en derivados ni ETFs. Se valorará la inversión en planes de pensiones según el ahorro fiscal.
Inmuebles: los inmuebles de inversión (no necesariamente opera para vivienda habitual) se encontrarán en el centro de ciudades asentadas o con demostrada proyección y con rentabilidades en un margen de al menos entre el 4% y el 7%. Se adquieren inmuebles que puedan aspirar a arrendatarios cumplidores y cuidadosos aunque sea sacrificando algo de rentabilidad en el corto plazo.
Oro: inversiones puntuales y no demasiado significativas sólo en casos en los que el precio se considere atractivo en el largo plazo.
Otras inversiones de riesgo: se considerará el arte o criptomonedas, por ejemplo, pero sólo tras un cuidadoso análisis y en un porcentaje nunca superior al 5% de la cartera.
Manuel Sánchez.
MS-Gestión del patrimonio personal.pdf