Evergrande es la principal promotora en un país donde el sector inmobiliario representa aproximadamente el 25% de la economía. Su caída podría arrastrar a numerosas empresas de todo el país e impactar en la economía mundial.
El mercado inmobiliario en China ha crecido de manera desbocada durante las últimas dos décadas, provocando un encarecimiento extraordinario de las viviendas y aumentando la deuda de las familias y empresas, que cada vez tienen que destinar más recursos para adquirir sus inmuebles.
Evergrande cuenta con proyectos inmobiliarios en cerca de 300 ciudades chinas y actualmente tiene deudas por valor de 300.000 millones de dólares. La propia compañía ha alertado de que podría no hacer frente a sus pagos debido a sus problemas de liquidez y también ha informado de la disminución en sus ventas. Su valor en bolsa se ha desplomado un 80%.
La clave es conocer qué hará el Gobierno chino, que aún no se ha pronunciado al respecto. Si rescata a la compañía podrá salvar el efecto contagio en el corto plazo, pero seguirá alimentando una situación de endeudamiento insostenible. Si decide dejarla caer, como hizo Estados Unidos con Lehman Brothers, inmediatamente afectaría al conjunto de la economía china, al sector financiero y muy probablemente impactaría en el resto de la economía mundial.