España fue uno de los países fundadores del euro y en 2002 entró oficialmente en vigor la moneda única en nuestro país. A lo largo de dos décadas ha presentado algunos aspectos positivos y otros negativos. Los resumimos en la siguiente tabla:
POSITIVO | NEGATIVO |
Estabilidad monetaria | Pérdida de poder adquisitivo |
Aumento del comercio intracomunitario | Ralentización del crecimiento económico |
Respaldo del BCE en momentos de crisis | Riesgo moral: deuda excesiva |
El euro, como el dólar o la libra esterlina, es una moneda sólida que no ha sufrido grandes variaciones de valor. Esto aporta consistencia a los bolsillos de los españoles, que no han sufrido importantes devaluaciones o hiperinflación como sí sucedió en la Alemania de entreguerras o, más recientemente, en Argentina o Venezuela.
Además, gracias a contar con la misma moneda, las empresas españolas han podido expandirse a otros países de la eurozona con mayor facilidad. El hecho de que el Banco Central Europeo actúe como garante último de la estabilidad financiera, también aporta tranquilidad a los prestamistas de las economías europeas. No obstante, los españoles también han perdido poder adquisitivo en las últimas dos décadas.
Mientras que la renta per cápita ha aumentado un 40%, la inflación lo ha hecho en un 45%, empobreciendo a las familias. También, el crecimiento económico durante estos 20 años fue cuatro veces inferior al crecimiento en las dos décadas anteriores.
Por último, que el BCE sea quien respalde la estabilidad financiera es un arma de doble filo, ya que los países se sienten tentados a incurrir en el riesgo moral. España llegó a 2002 con una deuda por debajo del 50% del PIB y actualmente es del 125% sin visos de que vaya a regresar a niveles anteriores en el medio plazo.