Con motivo de la crisis del Silicon Valley Bank se ha extendido la intranquilidad sobre la situación de los bancos en Estados Unidos y en otros países del mundo. Una de las cuestiones que estudiamos en nuestras asignaturas de Capital Markets y Macroeconomics con nuestros alumnos de IE University es precisamente el funcionamiento del sistema financiero y los pánicos bancarios o bank runs, por su término en inglés. En este artículo lo analizamos.
Un bank run o pánico bancario es una situación en la que muchos depositantes de un banco, o varios bancos, retiran sus depósitos simultáneamente debido a una preocupación generalizada de que la entidad pueda quebrar o que su dinero esté en peligro.
Este comportamiento de retirar depósitos puede ser causado por rumores, noticias negativas sobre el banco o el sistema bancario en general, o eventos económicos o políticos que sugieren un riesgo para la entidad.
Cuando un gran número de depositantes retira su dinero, puede crear una crisis de liquidez para el banco si no tiene suficiente efectivo para satisfacer todas las solicitudes al mismo tiempo. Si la situación empeora y más clientes deciden retirar su dinero puede desencadenar una espiral peligrosa que lleve a la insolvencia y a una crisis financiera más amplia.
Los gobiernos y los bancos centrales pueden tomar medidas para prevenir o mitigar los efectos de un pánico bancario, tales como proporcionar garantías de depósito, inyectar liquidez en el sistema bancario o incluso nacionalizar temporalmente los bancos en riesgo.
No, los bancos no tienen todo el dinero depositado por sus clientes en sus reservas en efectivo. En lugar de eso, los bancos utilizan gran parte de los depósitos para hacer préstamos y realizar inversiones en otros activos financieros. Es decir, los bancos utilizan los depósitos de sus clientes para generar ingresos a través de los intereses cobrados por los préstamos y las ganancias de las inversiones. Este sistema se conoce como el sistema de reserva fraccionaria.
Ello implica que los bancos están obligados a mantener una cierta cantidad de reservas en efectivo, que se conocen como reservas obligatorias, para cumplir con las regulaciones bancarias y asegurarse de que pueden satisfacer las solicitudes de retiro de efectivo de sus clientes.
Los requisitos de reservas obligatorias varían según el país y la jurisdicción, pero generalmente están en un rango de entre el 3% y el 10% de los depósitos.
Por esta razón, los gobiernos suelen establecer seguros de depósito y otras medidas de protección para los depositantes con el fin de reducir el riesgo de pánicos bancarios y para proteger el dinero de los clientes.
El dinero que aparece en nuestra cuenta del banco no necesariamente está guardado.
Ha habido varios casos famosos de pánicos bancarios en la historia financiera mundial, algunos de los cuales incluyen:
En 2010, Grecia recibió un paquete de rescate financiero de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional para ayudar a la nación a salir de la crisis. Sin embargo, las condiciones del rescate impusieron recortes en gasto público y pensiones, lo que causó protestas y disturbios en todo el país. Además, los recortes económicos y las medidas de austeridad profundizaron la recesión económica, lo que a su vez hizo que el país no pudiera pagar sus deudas.
En 2015, la situación empeoró cuando el gobierno griego liderado por el partido Syriza planteó un desafío a los acreedores proponiendo incluso impagar la deuda, pero la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional se negaron a negociar.
En junio de 2015, tras desafiar de nuevo a sus acreedores con un referéndum, Grecia se quedó sin efectivo y se vio obligada a cerrar temporalmente sus bancos y limitar la cantidad de dinero que los ciudadanos podían retirar de los cajeros automáticos. Esta última medida se conoce como corralito, y la explicaremos a continuación.
El pánico bancario se extendió rápidamente, lo que provocó una fuga masiva de depósitos bancarios y una caída en la bolsa de Atenas. A pesar de que finalmente se llegó a un acuerdo para proporcionar un tercer paquete de rescate a Grecia, la crisis tuvo graves consecuencias para la economía griega, incluyendo un aumento en la tasa de desempleo y una caída en el crecimiento económico.
Los corralitos suelen generar colas de los clientes que esperan retirar su dinero.
Un corralito es una medida económica extrema que impone restricciones sobre el acceso de los clientes a sus depósitos bancarios. En general, el objetivo del corralito es evitar una corrida bancaria y proteger los activos bancarios durante un periodo de inestabilidad financiera.
En otras palabras, un corralito implica limitar las retiradas de efectivo o transferencias de los depósitos bancarios durante un periodo específico de tiempo, a menudo cuando los bancos enfrentan graves problemas de liquidez. Por ejemplo, durante la crisis bancaria de Chipre en 2013 se impusieron este tipo de restricciones.
El término corralito se popularizó durante la crisis económica y bancaria en Argentina en 2001, cuando el gobierno trató de evitar la fuga masiva de depósitos bancarios del país. La medida se mantuvo en vigor durante más de un año y tuvo un efecto dramático en la economía y la sociedad de Argentina.
Aunque un corralito puede ser efectivo para proteger a los bancos y evitar un pánico bancario, también puede tener graves consecuencias económicas y sociales.
Concepto | Causas | Soluciones | Casos históricos |
Situación en la que muchos clientes de un banco retiran sus depósitos simultáneamente debido a una preocupación generalizada de que el banco pueda quebrar. | Los bancos no tienen todo el dinero depositado por sus clientes en sus reservas en efectivo, ya que los bancos los utilizan para hacer préstamos y realizar inversiones. | Las llevan a cabo los bancos centrales y/o los gobiernos: proporcionar garantías de depósito, inyectar liquidez en el sistema bancario, nacionalizar temporalmente los bancos o imponer un corralito. |
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