España en 2024: ¿La mejor economía del mundo?

El periódico británico The Economist lleva décadas elaborando un ranking de las economías de la OCDE con los mejores resultados, según diversas métricas: crecimiento del PIB, comportamiento de los índices bursátiles, inflación subyacente y déficit o superávit presupuestario. Este año, la economía española ha destacado como la que, atendiendo a estos parámetros, ha mostrado el mejor desempeño.

Índice de contenido:

1. Introducción, ¿qué es este ranking? 
2. Explicación del crecimiento
3. ¿Por qué no mejora la vida de los españoles aunque España crezca?     
4. Comparativa con otros países
5. Recepción de la noticia, y posible impacto   
6. Tabla resumen 

Introducción, ¿qué es este ranking? 

Es importante destacar que este ranking se elabora teniendo en cuenta la variación de estos parámetros, lo que explica que Colombia esté en la sexta posición y Suiza en la novena. Además, se priorizan ciertos parámetros mientras que se descartan otros. Por ello, los resultados pueden ser curiosos en muchas ocasiones, lo que hace que el ranking, sea cual sea el resultado, deba ser interpretado con cautela. Más allá de esto, el titular ha generado un debate y representa una oportunidad perfecta para observar el comportamiento de la economía española en los últimos años, evaluando si existen o no motivos para el optimismo.    

Explicación del crecimiento

Lo que es innegable es que España es la economía desarrollada que más ha crecido en el último año, con un aumento del 2,9%, creciendo además tres veces más que la media de la Eurozona. También se han batido récords de afiliados a la Seguridad Social, con un incremento del 8,8% respecto a 2019. Efectivamente, España crece, y el principal motor de este crecimiento es la fortaleza del mercado laboral. 

A pesar de ser el país con la tasa de paro más alta de la OCDE, España es el que mejor evoluciona en este aspecto, lo que contribuye al aumento del Producto Interior Bruto. Esto es precisamente lo que señalaba The Economist.  Esto se debe principalmente a que el turismo se ha recuperado formidablemente, batiendo récords otra vez en este año 2024. Por último, aunque no de tanta relevancia, cabe destacar que los precios de la energía en España no son tan elevados como en otros países europeos, mucho más dependientes del gas ruso.

¿Por qué no mejora la vida de los españoles aunque España crezca? 

A pesar de estos buenos datos, cuando se pregunta a los españoles cuáles son sus principales preocupaciones, después de la inmigración, destacan la economía, la vivienda y el desempleo. ¿Cómo se explica que en una economía que se comporta tan bien, sus ciudadanos sigan tan preocupados por ella, por el paro o por no poder acceder a una vivienda? ¿Cómo puede ser que, a pesar de este crecimiento, la pobreza infantil no se reduzca, estando cerca del 30%? ¿O que el PIB per cápita esté prácticamente estancado desde hace cinco años? ¿O que la productividad aparente por trabajador esté cayendo? 

La respuesta se encuentra en la demografía y en el tipo de crecimiento. España crece, pero lo hace principalmente de manera extensiva, no intensiva. De manera general, distinguimos entre crecimiento extensivo, que proviene del aumento de la acumulación de factores, y crecimiento intensivo, que se basa en mejorar la productividad de los factores existentes. Por ejemplo, antes tenía cuatro manzanos en mi campo y producía 20 manzanas, planté otro manzano y ahora tengo 23, crecimiento extensivo; en cambio, con un fertilizante, mis cuatro manzanos producen 30 manzanas, crecimiento intensivo. En España no se están plantando más manzanos, pero la población está aumentando, un 6,6% en los últimos cinco años, debido a la inmigración.

Otro factor a tener en cuenta es que, al realizar las encuestas, el CIS pregunta solo a personas de nacionalidad española. Y es que, si analizamos los datos de creación de empleo desglosados por nacionalidad, vemos que el número de afiliados a la Seguridad Social con nacionalidad española creció un 2,4%, mientras que el número de afiliados con nacionalidad extranjera aumentó un 39,2%. De los 1,7 millones de empleos creados, 1,3 millones fueron ocupados por extranjeros, mientras que 0,4 millones fueron ocupados por nacionales.

Comparativa con otros países

En los últimos días, se ha hablado mucho sobre los países que durante la crisis financiera fueron conocidos como los P.I.G.S.: Portugal, Italia, Grecia y España. Estos países, que en su momento fueron asociados con altos niveles de deuda, administraciones manirrotas y bajos desempeños económicos, han sido ahora los que más han crecido en la Unión Europea e incluso entre todas las economías desarrolladas. Portugal, España y Grecia han crecido un 2,3%, 2,9% y 2,1% respectivamente, mientras que Italia, tiene un crecimiento más modesto, del 0,5%, manteniendo su estancamiento. Por otro lado, Alemania, que se consideraba una de las economías más sólidas, ha experimentado una caída de su PIB del 0,2%, y Francia ha crecido apenas un 0,4%, mientras se enfrenta a una crisis de gobernabilidad y una complicada situación presupuestaria, con la prima de riesgo disparada. Ahora cabe plantearse por qué ha ocurrido todo esto. ¿Acaso estamos ante un cambio de paradigma, como algunos aventuraban? Bueno, aún es pronto para hablar en esos términos y, desde luego, habrá que ver si estas dinámicas se consolidan. 

Lo que está claro es que, en los últimos años, las cosas están cambiando, y es muy probable que los crecimientos débiles en economías desarrolladas se vuelvan cada vez más comunes. También es innegable que la industria alemana, históricamente motor de la zona euro, está languideciendo, minada por los altos precios de la energía y decisiones cuestionables, como el cierre definitivo de muchas centrales nucleares y la dependencia del gas ruso.Por otro lado, el turismo está en alza y se beneficia considerablemente de la llegada de mano de obra poco cualificada, lo que abarata costes sin que la calidad o eficiencia del servicio se vea afectada. Formar a alguien para trabajar en una fábrica de coches es más complicado que para tareas como fregar platos o servir copas. De ahí que las economías antes mencionadas se vean beneficiadas de la llegada de este tipo de mano de obra. Sea como fuere, convendría esperar a ver si estas dinámicas se consolidan o no con el tiempo, y a partir de ahí sacar conclusiones. Actualmente, todo lo que se diga al respecto será apresurado.

Recepción de la noticia, y posible impacto 

Como era de esperar, la noticia ha sido recibida con entusiasmo por el gobierno y los medios afines, y con recelo por los contrarios,  realizando diversos análisis más o menos detallados y rigurosos por ambas partes. Esto era lo que cabía esperar. Lo realmente interesante es entender que este tipo de noticias acaba permeando en la ciudadanía, generando, en muchas ocasiones, lo que se conoce como una profecía autocumplida. Aunque para muchos ciudadanos estos datos no signifiquen nada y no estén relacionados con su situación personal, calan, generando optimismo sobre la economía, lo que aumenta el consumo y hace que la rueda siga girando, que la bola de nieve siga creciendo. El problema es que, a veces, la rueda se detiene, y es ahí cuando vienen los problemas. Cabe mencionar que, históricamente, las crisis han llegado cuando nadie las esperaba, por lo que conviene desconfiar de los titulares y las tertulias, e intentar observar qué es lo que realmente está ocurriendo.

Conclusión 

Tras este análisis, aún quedan cuestiones por resolver. Por un lado, cabe destacar que este crecimiento está beneficiando mucho a aquellos que llegan a España desde otros países en busca de prosperidad. Lo cual, siempre que vengan a integrarse, adoptar nuestra cultura y aportar al bienestar del país del que ahora pasan a formar parte, es algo positivo. Sin embargo, vemos que, en general, este crecimiento no está ayudando a mejorar la vida de los españoles y que siguen existiendo problemas graves en el país: pobreza, falta de inversión y baja productividad. Estos tres problemas están estrechamente relacionados entre sí, y si no se resuelven, España acabará estancada.

Por último, cabe destacar que hay que mirar con recelo, como ya hemos mencionado, a todos aquellos que son demasiado optimistas o mantienen un tono catastrofista. Normalmente, las cosas tienden a seguir como están y, cuando cambian, lo hacen sin avisar. Por ello, más que quedarnos con titulares para hacer usos partidistas, conviene pararse a entender las causas. En este caso, por desgracia, probablemente los más optimistas sean los que se equivoquen.

Tabla resumen 

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