Cada vez es más habitual encontrar redes sociales de pago, es decir, que requieren una pequeña suscripción económica para acceder a funciones destacadas dentro de la plataforma. Esto no era así en los inicios, cuando las redes buscaban entrar en la vida privada y profesional de muchos millones de personas. Y vaya si lo lograron.
Algunos recordarán la época anterior a Facebook, Instagram y TikTok. Sin embargo, para casi todas las personas menores de treinta años, estas plataformas ya son parte de su día a día. Y hasta ahora, el modelo de negocio principal de muchas plataformas de redes sociales gratuitas se basaba solamente en la publicidad online. Ten en cuenta que los datos de los usuarios son muy interesantes para los anunciantes, por lo que las redes se mantenían mostrándonos publicidad personalizada.
En los primeros años, la mayoría de las plataformas de redes sociales se centraron en ofrecer servicios básicos de forma gratuita, consiguiendo atraer y retener a millones de usuarios. Este modelo de negocio inicial estaba impulsado principalmente por una estrategia de inversión de capital y el objetivo de construir una gran base de usuarios.
Desde su creación, las redes sociales han sido percibidas como un espacio de interacción capaz de unir a millones de usuarios.
Pero con el tiempo, algunas redes sociales introdujeron opciones de monetización a través de servicios especiales o algunas características “premium”. Las razones para introducir las redes sociales de pago son fáciles de entender. Genera un flujo de ingresos estable y una mayor independencia del negocio de la publicidad online, que actualmente fluctúa debido a las últimas exigencias de la UE.
Hace unos meses, la Unión Europea dictaminó que Meta, la empresa matriz de Instagram y Facebook, debía dejar de mostrar anuncios personalizados basados en el comportamiento de los usuarios, según lo ordenado por el Comité Europeo de Protección de Datos (CEPD). Esta medida busca salvaguardar la privacidad de los usuarios al limitar la recopilación y el uso de datos para fines publicitarios. Una decisión que destaca la creciente preocupación sobre la protección de la privacidad en el ámbito digital y la necesidad de imponer restricciones más estrictas a las prácticas publicitarias en línea.
Cuando se empezó la implementación de las redes sociales de pago, las reacciones de la comunidad digital no se hicieron esperar. Los usuarios expresaron preocupación por el cambio de un modelo gratuito a uno de pago, temiendo la pérdida de acceso a funciones que utilizan a diario. Otros, sin embargo, vieron los servicios de las redes sociales de pago como una oportunidad para acceder a una experiencia mejorada, con características y funcionalidades exclusivas que no están disponibles en las versiones gratuitas.
La implementación de servicios de pago ha ofrecido nuevas posibilidades, pero también ha limitado la experiencia de los usuarios.
Los usuarios premium tienen, por ejemplo, un mayor control sobre su experiencia en la plataforma, pudiendo personalizarla según sus necesidades y preferencias. También ven menos publicidad, y, a menudo tienen acceso anticipado a nuevas características y actualizaciones meses antes que los usuarios no abonados.
Desde la perspectiva de la empresa, estos nuevos modelos de redes sociales de pago también permiten a las organizaciones dirigirse a una audiencia más específica y comprometida, ya que los usuarios dispuestos a pagar pueden tener un interés más sólido en los productos o servicios ofrecidos. Esto significa una nueva fuente de ingresos, que contribuye a la rentabilidad y al desarrollo continuo.
Es inevitable que la implementación de redes sociales de pago tenga un impacto real en el medio y largo plazo. Y este impacto estará basado en la forma en que las plataformas sepan equilibrar el acceso gratuito. Para que de una manera permita seguir atrayendo y reteniendo audiencias, y con el valor percibido de los servicios de pago, que suponen características premium que justifiquen los costes asociados. Si las características premium no agregan un valor significativo o no cumplen con las expectativas, los usuarios pueden optar por no suscribirse, o cambiar a otras redes gratuitas, lo que podría afectar negativamente la rentabilidad de algunas plataformas.
Respecto al análisis de los costes futuros de las plataformas sociales, implica considerar diversos factores:
Si las plataformas no saben encontrar el equilibrio adecuado entre dar acceso gratuito y las redes sociales de pago es probable que los usuarios migren a otros servicios donde se dé respuesta a las necesidades cambiantes de un usuario demasiado acostumbrado a disfrutar gratuitamente de una parte tan importante de sus vidas personales y profesionales.
Formato original de las redes sociales |
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Transformación progresiva al modelo de redes sociales de pago |
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Argumentos del modelo premium |
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Análisis del impacto real en el largo plazo |
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