Con la llegada del verano, llega también el momento de comenzar con la planificación de las vacaciones. Pese a ello, la imparable subida de precios en los últimos años han hecho de los viajes y las reservas una tarea cada vez más difícil para familias, jóvenes y personas de toda España. A continuación analizamos la evolución y la situación actual del periodo vacacional.
En los últimos cinco años, España ha sido testigo de un crecimiento notable en el sector turístico. El año 2019 se destacó como uno de los más fructíferos, con más de 83.7 millones de turistas internacionales visitando el país, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Barcelona, Madrid y las Islas Baleares se situaron entre los destinos más populares, atrayendo a millones de visitantes.
Las preferencias de los consumidores españoles también cambiaron, inclinándose más hacia destinos nacionales. Aproximadamente un 70% de los españoles eligieron pasar las vacaciones dentro del país, según datos de la Encuesta de Turismo de Residentes (ETR). Las costas mediterráneas, como la Costa del Sol y la Costa Brava, fueron las principales elecciones, debido a la calidad de sus playas.
En conjunto, la llegada de turistas y la salida de españoles a otros municipios supone la concentración de una gran cantidad de personas durante los meses de verano. Según el propio Instituto Nacional de Estadística, en el año 2023 los municipios que más vieron aumentada su población durante el verano fueron lugares como Salou, Oropesa del Mar o Capdepera. En todos los casos con un incremento de población de más del 500% y una llegada general de turistas por encima de las 70.000 personas al mes.
Sin embargo, la llegada de la crisis económica y el consecuente aumento de los precios han tenido un impacto severo en las perspectivas vacacionales de las familias españolas. Desde el comienzo de la pandemia en 2020, se ha observado una caída significativa en las reservas de viajes, con una reducción del 60% en comparación con años anteriores, según datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT).
La inflación y el aumento de los costes de vida han obligado a muchos a reconsiderar sus planes de vacaciones. El precio de los hoteles ha aumentado y el coste de las comidas y otros gastos diarios durante las vacaciones también ha experimentado incrementos notables. Las familias españolas han tenido que adaptar sus presupuestos, reduciendo la duración de sus vacaciones y optando por destinos más económicos.
La situación de las vacaciones de verano ha experimentado un notable cambio a partir de la crisis sanitaria de 2020.
Cuatro años después de la pandemia, los precios y los gastos relativos a las vacaciones de verano no han dejado de experimentar una subida imparable. De acuerdo con estimaciones en el Índice de Precios al Consumo en el mes de mayo, los precios de alojamiento han subido más de un 24%, mientras que los principales paquetes turísticos se han encarecido en un 17% respecto al 2023. La combinación de estas situaciones, es la principal responsable de la creciente falta de capacidad de gasto de la población, en lo que se espera que sea el verano con las vacaciones más caras de los últimos años.
Planear unas vacaciones ahora requiere una evaluación cuidadosa de las principales fuentes de gasto. Los gastos en alojamiento representan una parte significativa del presupuesto, con los hoteles y alquileres vacacionales siendo la parte más costosa. Las estadísticas muestran que los precios de los alquileres vacacionales han subido en un 20% en los últimos dos años.
En esta nueva realidad, se ha instaurado la idea de que la antelación es la única manera de planificar con efectividad las salidas y alojamientos. Con los precios en alza, los meses de marzo y abril se han posicionado como los momentos más idóneos para la reserva de alojamiento y viajes. Especialmente en Andalucía y Comunidad Valenciana son los precios por noche, los principales obstáculos a la hora de encontrar los mejores destinos en España. Con una media de 200 euros por noche en las opciones señaladas, la antelación se ha convertido en la única manera para los españoles de convivir con la actual situación de un mercado en alza.
Además, los gastos diarios, incluidos los costes de alimentación, entretenimiento y transporte, deben ser considerados. Las familias ahora tienden a comparar más ofertas y opciones antes de tomar una decisión final. Plataformas como Airbnb y Booking.com han visto un aumento del 35% en el uso, ya que ofrecen diversas opciones que permiten a los consumidores comparar precios y encontrar las mejores ofertas.
Mirando hacia el futuro, las perspectivas de cambio en los niveles de precios no son alentadoras. Según estimaciones, los precios seguirán aumentando en los próximos años debido a factores económicos globales y la inestable demanda post-pandemia. Las tarifas de los hoteles y los costes de los servicios turísticos continuarán su tendencia al alza, restringiendo aún más la capacidad de las familias para financiar sus vacaciones.
Cada vez son más las familias que adaptan la gestión de su presupuesto con el fin de poder seguir accediendo a las mejores ofertas de viajes y alojamiento.
Este incremento de los precios ha influido directamente en la intención de gasto de los españoles. Según indica el Colegio de Economistas de Ciudad Real, de seguir en la dinámica actual, las vacaciones de verano seguirán sobrepasando límites año tras año. Solo respecto al año 2023 el gasto medio aumentó un 30% en España. Pese a ello, y a las pocas perspectivas de cambio, estos datos son el reflejo de una población que lejos de ver al periodo vacacional como un gasto innecesario, ha comenzado a verlo como una parte inevitable de su planificación financiera cada año. Esta tendencia refleja una adaptación a la nueva realidad económica y un cambio significativo en la forma en que los españoles planean y disfrutan de sus vacaciones.
En conclusión, las vacaciones de verano en España han experimentado cambios notables en los últimos años. A pesar de los datos fructíferos en reservas y viajes en el pasado, la crisis económica y el aumento de precios han alterado las perspectivas y las decisiones de las familias españolas. La planificación de vacaciones ahora involucra una consideración cuidadosa de los gastos, con un enfoque en encontrar las mejores ofertas.
Con las perspectivas de precios al alza, es probable que los patrones de vacaciones continúen evolucionando, adaptándose a los constantes cambios y preferencias de los consumidores a la hora de planificar el verano.
Las vacaciones en datos |
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La caída de las reservas y los viajes |
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La nueva realidad de las vacaciones de verano |
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Las vacaciones, cada vez más difíciles de planificar |
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