Descubre cómo las medidas económicas implementadas por Javier Milei están transformando la economía de Argentina. Analizamos los resultados obtenidos hasta ahora y las perspectivas futuras. Lee más en nuestra página de economía.
El 10 de diciembre de 2023, tras haber obtenido el 56 % de los votos en la segunda vuelta de las elecciones argentinas, Javier Milei asumió el cargo de presidente de la República Argentina. Desde ese momento, los ojos están puestos en Argentina, pues el nuevo presidente se ha caracterizado por tener un tono muy duro y unas formas que algunos podrían llegar a tildar de histriónicas. Estas formas, poco habituales en el debate político, fueron las que le hicieron ganar popularidad en tertulias televisivas e internet, llegando a ser diputado ya en 2021 y ahora presidente del octavo país más grande del mundo. Además, Milei es algo nuevo en el panorama político internacional, no solamente por sus formas, sino también por el contenido de sus políticas, siendo el primer presidente de la historia de un país que se define como anarcocapitalista.
Milei ha despertado tanto simpatías como odios, pero lo que es innegable es que Argentina está en un proceso de cambio. Marcado por la "motosierra" y la "licuadora" (más adelante explicaremos en qué consisten estas medidas), sus efectos han sido claros. Los positivos: una bajada de la inflación, siendo esta de un 8,8 % en el último mes, la más baja en más de seis meses; y tres meses consecutivos de superávit público, es decir, el Estado recauda más de lo que gasta, algo que no ocurría desde hace más de 15 años. Como contraparte negativa, la pobreza ha aumentado y tanto el consumo como los salarios se han visto disminuidos. Estos “efectos secundarios” eran esperados, siendo inevitables si se quería revertir la situación de manera tan drástica.
Argentina llegó a ser uno de los países más ricos del mundo, siendo incluso, en los primeros años del siglo XX, el país más rico del mundo. Pero la Argentina que encontró Milei al asumir el cargo de presidente distaba mucho de aquella potencia. Había caído 139 posiciones en el ranking de países más ricos, pasando de ser un país desarrollado a un país en vías de desarrollo. Tenía más de un 40 % de tasa de pobreza y un 10 % de mendicidad, con una productividad y unos salarios estancados por periodos y en retroceso en otros.
La llegada del nuevo gobierno en Argentina viere caracterizada por producirse en una situación convulsa en el país.
Argentina se venía caracterizando en los últimos años por batir récords de inflación año tras año, siendo esta la mayor preocupación de los argentinos, llegando a tener inflaciones anuales superiores al 220 %. Gran parte de esta inflación se debía a la adicción a monetizar la deuda que tenían los últimos gobiernos, es decir, “imprimir” moneda para financiar el déficit público, ya que nadie quería comprar deuda argentina. En 2022, el déficit llegó al 3,85 % del PIB y en 2021 al 4,33 %. Además, el gobierno argentino entró en default (impago de su deuda) en 2014 y 2018. Se podría decir que Argentina era un país económicamente enfermo.
Las principales medidas económicas de Milei han llegado por dos frentes: por un lado, la austeridad y, por otro, la liberalización económica. Entre las medidas de austeridad tenemos la "motosierra", es decir, el recorte del gasto público, despidiendo cargos fantasmas, eliminando subsidios, bajando salarios y viajando en clase turista, porque, como el propio Milei dice: “no hay plata”. Luego está la "licuadora", que consiste en mantener los presupuestos del año anterior, haciendo que, ajustados a la inflación, las partidas sean en realidad mucho menores, licuando de esta manera el gasto público en términos de valor real.
Por otro lado, están las medidas de liberalización económica. Estas han sido de más difícil implementación, pues hay que tener en cuenta que en el Congreso, La Libertad Avanza, el partido de Milei, no es mayoría, y el gran proyecto de Milei, la Ley de Bases, ha sido rechazado. Esta ley hubiera supuesto un cambio aún mayor. Aun así, la desregulación ha sido notable, derogándose multitud de leyes e implantándose nuevas medidas de corte liberal. Algunas leyes derogadas son: la ley de alquileres, la ley de abastecimientos, la ley de compra nacional, la ley de góndolas y la ley de la tierra. También se ha abolido el registro de exportadores e importadores, y se ha convertido a las empresas públicas en sociedades anónimas, con la intención de su posterior privatización.
En el discurso de toma de posesión, Javier Milei no dejó lugar a dudas: “No hay lugar a la discusión entre shock y gradualismo”. Y, efectivamente, las medidas han resultado en un fuerte shock, con efectos positivos y algunos fuertes efectos adversos.
Sin duda, el mayor logro del gobierno es la obtención del superávit, el cual tiene efectos muy positivos no solo sobre la credibilidad del gobierno, sino también sobre la inflación. Pues, vía superávit, el gobierno puede reducir el número de pesos en circulación, “quedándose” con estos pesos. Es decir, si hay un 0,2 % de superávit, esos millones de pesos que el gobierno recauda de más pueden ser retirados de la circulación, reduciendo la oferta monetaria. Además de la mejora de la credibilidad del gobierno, que aumenta la demanda de pesos. Pues si el gobierno que emite una moneda es fiable, esta moneda también lo es. Esto es lo que ha hecho que la deuda argentina se haya revalorizado enormemente, bajando los tipos de interés que el gobierno argentino tendrá que pagar a futuro. De esta disminución de la oferta y aumento de la demanda viene la reducción de la inflación.
Pero, como ya hemos mencionado, las medidas también han venido cargadas de efectos no deseados, como el aumento de la pobreza, el estancamiento de las pensiones y salarios, y la caída del consumo. Además, existen fuertes tensiones con los gobiernos locales y provinciales, puesto que las partidas destinadas a la financiación de estas entidades se han visto tremendamente menguadas. También ha habido protestas y huelgas convocadas por sindicatos y demás organismos similares. Sin embargo, cabe remarcar que Javier Milei sigue contando con apoyo popular, superando su índice de aprobación el 50 % en 21 de las 24 provincias del país.
Es complicado saber cómo se desarrollarán los acontecimientos, y teniendo en cuenta la mala situación de Argentina, la reestructuración será un proceso duro y posiblemente largo. Sin embargo, hay algunos brotes verdes que podrían llegar a germinar.
Pese a la situación, los efectos de las medidas adoptadas por Javier Milei comienzan a verse en la República Argentina.
Todo apunta a que la inflación podría seguir bajando, con la condición de que se logre mantener el superávit. Una de las cosas más importantes es conseguir atraer inversión extranjera, algo que se está logrando. Grandes inversores como Elon Musk o Stanley Druckenmiller se muestran muy ilusionados con el nuevo rumbo del país y dicen estar invirtiendo en él, lo cual es muy positivo para el devenir de la economía argentina, sobre todo si este dinero extranjero logra desarrollar nuevas industrias de gran valor añadido en el país. Además, Milei, con este objetivo, está reuniéndose y dejándose ver tanto con inversores como con desarrolladores en inteligencia artificial, mostrándose como un presidente abierto a la innovación y los negocios.
También hay que destacar que, gracias a la eliminación de las trabas para exportar, se ha conseguido un superávit comercial. Es decir, se ha exportado más de lo que se ha importado. Tener una balanza comercial positiva es muy beneficioso a largo plazo para cualquier país. Y teniendo en cuenta las tensiones en materia comercial que estamos viendo, especialmente con China, Argentina podría convertirse en un gran productor gracias a los procesos de “nearshoring”, que consisten en llevar la producción a países con mano de obra barata pero que estén cerca de donde se consumen esos productos. Está pasando con México; veremos si sucede con Argentina.
Estando en contra o a favor, lo que está claro es que Milei ha cumplido con lo esperado, obteniendo superávit y reduciendo la inflación. El éxito de Milei en ese sentido es evidente; ahora habrá que ver si consigue resolver el resto de problemas que la economía argentina acarrea desde hace décadas. Lo que está claro es que a Milei se le juzgará por sus resultados a largo plazo, y estos, de momento, son inciertos. Además, solucionar problemas tan profundos como los de la economía argentina en tan solo seis meses es directamente imposible. De lo que no cabe duda es que Argentina necesitaba algo distinto, y sin duda Milei lo es.
Introducción |
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Contexto Económico Previo a las Medidas de Milei |
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Principales Medidas Económicas Implementadas por Milei |
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Impacto Inmediato de las Medidas |
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Resultados a Mediano Plazo |
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